¡Cuidado con las intoxicaciones alimentarias en verano!

¡Cuidado con las intoxicaciones alimentarias en verano!

Las malas prácticas de almacenamiento y manipulación de los alimentos, junto con el alza en las temperaturas, son los principales responsables de las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA), diagnosticándose más de mil casos al año en el país.

Los meses estivales son una época especialmente crítica para la seguridad alimentaria; las altas temperaturas, cortes en la cadena de refrigeración y problemas de manipulación son sólo algunas de las razones de las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA), siendo éstas el principal motivo de consulta en las urgencias durante el verano.

“Estas condiciones aumentan las probabilidades de que los alimentos se descompongan debido a la proliferación de bacterias por el calor, la contaminación cruzada que una superficie puede generar en contacto con la comida o la falta de cocción en algunos alimentos. Por eso, si éstos no están bien conservados y no existen las mejores condiciones de higiene en el lugar, pueden generarse intoxicaciones alimentarias”, señala Magdalena Galarce, médica de servicios clínicos y farmacéuticos de Farmacias Ahumada.

El peligro, explica, es que “en estas condiciones, se genera una especie de campo de cultivo para patógenos como la Salmonella o el Escherichia Coli”. No por nada, entidades como el Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés), fomentan el cuidado ante posibles intoxicaciones. De hecho, los especialistas recomiendan considerar el traslado y conservación de alimentos en termos, coolers o recipientes aislantes y elegir alimentos que tengan mayor resistencia al calor.

Cabe señalar que las ETA son un grupo de enfermedades que causan la inflamación de los tejidos intestinales, ya sea por una infección o toxinas, y se producen por la ingesta de alimentos o líquidos contaminados. “Los primeros síntomas suelen aparecer a las pocas horas de la ingesta, como dolor de estómago, diarrea, fiebre, vómitos, calambres abdominales y debilidad generalizada, entre otros. Los niños, adultos mayores, mujeres embarazadas y aquellas con el sistema inmune debilitado son las más susceptibles a sufrirlas”, comenta la profesional.

Algunas recomendaciones

Sin embargo, pareciera existir poca consciencia sobre este tema que –incluso- preocupa a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que hace un tiempo declaró una alerta general por inseguridad alimentaria al evidenciar que cerca del 10% de los habitantes del planeta sufre una afección de este tipo cada año. De hecho, según la encuesta “Prácticas Higiénicas y auto-reporte de intoxicaciones alimentarias en hogares chilenos” realizada hace un tiempo por la Universidad San Sebastián, si bien el 88% de los participantes considera importante una buena y correcta manipulación de alimentos, a la hora de cocinar éstas no son puestas en práctica por los chilenos.

Ante este panorama, la doctora hace hincapié en la prevención a través de simples pasos. El primero, aunque obvio, es mantener la higiene a la hora de cocinar, que incluye un buen lavado de manos, con agua y jabón, y disponer de un espacio y superficies limpias. “El mesón donde se cocina debe estar desinfectado; los alimentos que no necesitan refrigeración deben ser almacenados en un lugar seco, fresco y siempre alejados de la luz solar o el calor. La basura debe estar siempre tapada, lejos del lugar donde se cocine y los productos de limpieza lejos de los alimentos”, sentencia Galarce.

Además, es importante conservar los alimentos a temperaturas seguras, “manteniendo la cadena de frío, cuando se trata de alimentos refrigerados. Éstos deben ser las últimas compras que se realicen antes de volver al domicilio, evitando perder mucha temperatura en el trayecto”, indica.

También se debe prestar atención al procesar los alimentos, especialmente aquellos que pueden consumirse crudos, como frutas y verduras (jamás los mariscos), que deben ser cuidadosamente lavados. Por último, la doctora señala que “hay que tener un especial cuidado con las conservas. Si vemos latas que contengan golpes, estén infladas, tengan algunas zonas oxidadas, o al abrirlas desprendan gas, deben desecharse de inmediato”.

Pero no sólo eso, “las condiciones internas también son importantes. Podemos ayudar a nuestro cuerpo a defenderse de una mejor manera a través de microorganismos como los probióticos, por ejemplo”, dice la profesional. Según Galarce, “el tener la flora bacteriana fuerte y bien nutrida evita que las bacterias se adhieran a la mucosa del estómago o el intestino. Además, añade que estos productos “ayudan a una recuperación más rápida de la flora intestinal cuando ha sido dañada por una intoxicación, generando un periodo de recuperación más corto y menos molesto”.

La mayoría de estas intoxicaciones son leves y los síntomas desaparecen a los dos o tres días. En estos casos, solo se recomienda beber abundante líquido para evitar la deshidratación, reposo y la ingesta de comida blanda y de forma gradual. “Lamentablemente, y pese a toda la información disponible y campañas que se desarrollan al respecto, cada año se diagnostican más de mil casos de ETA en el país, muchos de ellos requiriendo de hospitalización por cuadros agudos y un nivel de compromiso importante”, finaliza la especialista.

¿Cómo evitar golpes de calor en niños?

¿Cómo evitar golpes de calor en niños?

El verano es sinónimo de buen tiempo, vacaciones, playa y piscinas, pero algunas veces el calor puede jugarle una mala pasada, sobre todo a los más pequeños de la familia. Aquí van algunos consejos de cómo evitar esos potenciales problemas.

Es un hecho que los veranos son cada vez más calurosos, junto con episodios de calor extremo -las llamadas olas de calor- que suelen presentarse con mayor frecuencia durante los últimos años. Es en este periodo, además, que los niños y sus familias pasan más horas al aire libre, lo que podría suponer un riesgo para ellos en caso de no tomar los resguardos respectivos.

Los golpes de calor pueden ser un gran problema para ciertos grupos de riesgo, dentro de los cuales están los niños, sobre todo los menores de cinco años, aquellos con obesidad y, especialmente, quienes aún no cumplen un año. “Es necesario tener un cuidado especial con ellos en verano y, en particular, cuando hay olas de calor, ya que sólo podemos estar atentos a su sintomatología sin que ellos puedan comunicarnos si tienen mucho calor o se sienten mal. Saber reconocerlos oportunamente es la única manera para que no sufran síntomas que no sólo pueden ser molestos, sino que peligrosos y potencialmente fatales”, afirma Magdalena Galarce, médica de servicios clínicos y farmacéuticos de Farmacias Ahumada.

Según la Organización Mundial de la Salud, el verse expuesto a temperaturas mayores al promedio pueden comprometer la capacidad del cuerpo humano de regular su temperatura y, junto con ello, dar lugar a múltiples síntomas y patologías, entre las que cabe mencionar los calambres por calor, el agotamiento por calor, los golpes de calor y la hipertermia.

Para Galarce, hay que estar muy alertas si los niños presentan “mareos, vómitos, aumento de la temperatura corporal por sobre los 40 grados, dolor de cabeza o taquicardia, además de evidenciar una piel seca y muy caliente, fatiga y debilidad muscular, cambios en el ánimo -como confusión o irritabilidad-, respiración superficial y rápida, o calambres musculares”.

Para evitar que esto ocurra, es necesario que los niños se mantengan correctamente hidratados y vestirlos de manera acorde a la temperatura ambiente, utilizando ropa ligera y de colores claros. Además, se debe evitar la exposición por tiempos prolongados a temperaturas muy altas o la radiación solar directa, especialmente entre las 10 y 16 horas, aplicar pantallas o protectores solares de factor 50 FPS, mantenerlos en lugares frescos y bien ventilados, y jamás dejarlos solos en lugares cerrados o vehículos, pues todos estos factores elevan el riesgo.

Ahora, si lamentablemente un niño comienza a presentar algunos de los síntomas descritos, es fundamental que los padres o tutores “lleven a los pequeños a lugares frescos, con buena ventilación, dar líquidos, usar compresas frías (no congeladas) en cara, cuello y pecho, y si los síntomas persisten, llevarlos inmediatamente a urgencias”, subraya Galarce.

La doctora advierte que los especialistas son enfáticos en recomendar que no se debe sumergir al menor en agua helada, ni realizar friegas con alcohol, ya que esto podría generar un efecto de shock en su sistema. Por último, “es conveniente trasladarlo a un centro de salud para que los médicos lo evalúen y decidan otras medidas a tomar, en caso de ser necesario. La clave está en siempre estar pendiente de este grupo de riesgo, ya que si este padecimiento se prolonga y no es tratado a tiempo, puede causar hasta la muerte”, recalcó.

Bloqueadores Solares 2.0: Mucho más que protección para la piel

Bloqueadores Solares 2.0: Mucho más que protección para la piel

Año a año, la industria dermocosmética nos vuelve a sorprender con nuevas formulaciones y productos para el cuidado de la piel en verano. La innovación pareciera no tener límites a la hora de cuidarnos. Aquí te contamos los más recientes.

En más de alguna oportunidad, hemos leído que el mejor cosmético para la piel es el protector solar. De acuerdo con los expertos, esta afirmación es correcta, considerando que estos productos son claves para que nuestra piel no sólo luzca bien, sino que también esté sana. Y en los últimos años, más innovaciones se han introducido en la elaboración de éstos, combinando nuevos beneficios que valen la pena conocer.

Magdalena Galarce, médica de servicios médicos y farmacéuticos de Farmacias Ahumada, comenta que “la importancia de los protectores comenzó a surga década del 70. En ese entonces, lo importante era sólo la protección a los rayos UV, sin embargo, el mercado de estos protectores se va ajustando a las necesidades de cada persona y a los diferentes contextos que hace 20 años ni siquiera imaginábamos”.

En la actualidad, adicional a la protección solar que ofrecen, existen productos con beneficios adicionales. “Antiedad, antipigmento, con acelerantes para el bronceado, antipolución y que incluyan antioxidantes son algunos de ellos. Algunos filtros físicos, otros químicos; para piel sensible, seca o grasa. Cruelty free, sostenibles con el medio ambiente. Las alternativas son extensas y es necesario revisar algunas de ellas”, indica Galarce.

Por ejemplo, la profesional explica que hay filtros físicos, que son minerales de amplio espectro que generan una barrera física y retienen radiaciones solares UV visibles y las ultravioleta, formulados en base a óxido de zinc y dióxido de titanio, principalmente. También existen los filtros químicos, que pueden absorber la radiación y emitiendo esta energía como radiación térmica.

Protectores y algo más

Así, una de las tendencias que vemos con más fuerza son los protectores antiedad. En estos casos, los protectores suelen contener una importante proporción de ácido hialurónico, cuya capacidad de atraer y retener el agua ayuda a hidratar, lo que entregaría más tiempo para la aparición de arrugas o líneas de expresión.

También, los productos que contienen niacinamida están a la vanguardia. “Este es un tipo de vitamina B, una molécula antiedad y multifunción, que aporta múltiples beneficios a nuestra piel, entre los que destacan la regeneración celular, la entrega de energía a las células y la síntesis de colágeno a través de la estimulación a los fibroblastos. Por esta razón un protector solar rico en niacinamida nos ayudará reafirmando nuestra piel y evitando la aparición temprana de manchas”, señala la doctora.

Otra de las innovaciones que podemos encontrar en protección solar son los productos “anti-pigmento”. Múltiples factores como el sol, los cambios hormonales y el envejecimiento son los responsables de generar la hiperpigmentación, o esas manchas oscuras que suelen aparecer con los años y entregan a la piel un tono irregular. “El Thiamidol es una molécula que ha obtenido un gran respaldo científico, siendo un principio activo eficaz y patentado. Básicamente, su principal atributo es que inhibe parcialmente a la tirosinasa humana, enzima encargada de la producción de la melanina, molécula que producida en exceso genera las manchas. De hecho, se reportan resultados visibles a partir de las primeras semanas de uso”, añade Galarce.

Por último, los productos con aceleradores para el bronceado se están convirtiendo en una tendencia para este verano. Sin embargo, la especialista hace la diferencia entre éstos y los autobronceantes. “Los protectores solares con aceleradores para el bronceado funcionan estimulando la producción de melanina, generando un color más intenso y duradero en el tiempo. Mientras, que los autobronceantes proporcionan color a la piel sin necesidad de exponerse al sol, gracias a componentes como la dihidroxiacetona (DHA), pero su efecto suele ser temporal y, generalmente, no contienen factor de protección contra la luz solar”.

Actualmente, todos somos conscientes del peligro de los rayos UV y los efectos nocivos de la exposición al sol sin protección para la piel. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año se diagnostican tres millones de nuevos casos de cáncer a la piel, mientras que en Chile la mortalidad por esta patología ha aumentado entre un 50% y un 100% en la última década, provocando la muerte de más de 300 personas al año, según la Corporación Nacional del Cáncer.

“Hoy debemos aprovechar la gran variedad de productos que nos ofrece el mercado, siempre pensando en los beneficios adicionales y teniendo en cuenta nuestro tipo de piel. Es importante cuidarse los 365 días del año, que incluye no sólo utilizar el protector, sino que también repetir la aplicación del mismo cada dos horas, ya que éste se degrada con la exposición. Cuidar nuestra piel, nunca ha sido más fácil”, concluye la profesional.

Vacaciones2024: Que la planificación incluya tu salud

Vacaciones 2024: Que la planificación incluya tu salud

Ya muchos tienen definido el lugar donde vacacionarán, mientras otros siguen pensando dónde pueden descansar un par de días. Donde sea que vayan, es importante estar preparados para disfrutarlas sin contratiempos.

Hoy nadie puede negar lo beneficioso que es tomarse unos días de descanso. Hacer una pausa en las responsabilidades y rutina diaria no sólo aumenta la capacidad de producción a corto y largo plazo, sino que también ayuda al bienestar psíquico y emocional de las personas. Sin embargo, es importante considerar algunos consejos y recomendaciones para que el descanso no se vea interrumpido por situaciones que se pueden prever y controlar.

Magdalena Galarce, médica de servicios clínicos y farmacéuticos de Farmacias Ahumada, señala que la salud y la prevención son igual o más importantes que obtener los pasajes, arreglar el automóvil, un hotel y el permiso en el trabajo a la hora de salir de vacaciones. “Aún cuando no existen estadísticas en Chile del costo asociado a un accidente o descompensación de alguna enfermedad -sobre todo crónica- éste puede ser alto, más cuando éstos deben realizarse en los servicios de urgencia. Por esto, es indispensable afrontar las vacaciones tomando medidas de prevención y preparados para estos eventos”, indica.

Ya sea que se vacacione en Chile o en el extranjero, uno de los primeros puntos a considerar es contar con un botiquín. De acuerdo con Galarce, éste debe ser elaborado pensando en dos tipos de productos; aquellos utilizados para hacer curaciones menores y manejar heridas pequeñas, como algodón, gasas, suero fisiológico, tijeras y cintas adhesivas, entre otros. Junto con medicamentos para aliviar dolencias agudas como antiinflamatorios, analgésicos, antialérgicos, antiácidos o sales rehidratantes. “Un caso particularmente importante son los pacientes crónicos, que deben continuar con sus tratamientos, que son los únicos que no toman vacaciones. Por eso, es conveniente contar con una receta e informe médico que detalle su condición, útiles en caso de cualquier eventualidad, sobre todo si van a viajar al extranjero”, destaca.

En este sentido, el botiquín debe conservarse en un lugar y con condiciones adecuadas. “No es recomendable que queden en la guantera, para los que salen en auto, o en la maleta. Los fármacos siempre deben ir en el bolso de mano, fuera de ambientes húmedos y se debe procurar no exponerlos al sol o a temperaturas elevadas”, complementa.

Además, para la doctora “es recomendable que, sobre todo estos pacientes, se realicen un control preventivo antes de comenzar con sus vacaciones, que pueden realizarse en centros de salud e, incluso, en algunas farmacias, de forma rápida y segura. La idea es seguir con las pautas de alimentación o tratamientos indicados por el médico de cabecera, evitando descompensaciones que pudiesen afectar al paciente”.

Tampoco pueden estar ausentes elementos como el protector solar, una loción after sun -para después de una exposición prolongada al sol-, y un repelente, sobre todo cuando las vacaciones son en zonas húmedas o cerca del mar, ríos y lagos. La profesional señala que es en esta época donde aumentan las consultas de personas que desarrollan reacciones alérgicas a picaduras de insectos (como abejas, avispas o zancudos) que, en algunos casos, pueden ser graves y peligrosas si no son tratadas a tiempo.

Otras consideraciones

Cuando se viaja al extranjero, es importante tener en cuenta algunos requisitos médicos para ingresar a ciertos países y conocer las enfermedades comunes que suelen afectar a los viajeros en el lugar que se visitará. “Se deben conocer estos requisitos, sobre todo si el viaje es a zonas tropicales, con riesgos de infecciones transmitidas por mosquitos como el dengue o la malaria, o con malas condiciones sanitarias. La idea es visitar a un médico -por lo menos, un mes antes de viajar- para que indique vacunas o tratamientos requeridos, sobre todo si los destinos están en algunos países de Latinoamérica, el Sudeste Asiático o África”, subraya la especialista. En la página del Ministerio de Salud se obtiene la información de las vacunas necesarias y vacunatorios internacionales que las administran.

En estos casos, también deben considerarse las escalas que contemple el itinerario y las condiciones particulares de cada país. “Las vacunas más relevantes son aquellas contra la fiebre amarilla, la fiebre tifoidea, la hepatitis A y B y la rabia. Algunas de ellas necesitan más de una dosis, semanas después de la primera, por lo que es importante ver este punto con tiempo”, añade.

Por último, la profesional comenta que los viajeros también deben cuidarse de las afecciones más comunes en este tipo de viajes, como los problemas gastrointestinales (diarrea o estreñimiento) y el jetlag, en el caso de pasar varios husos horarios en poco tiempo. “Es preciso estar preparados en todos estos casos. Sólo la prevención nos hará disfrutar de un merecido descanso sin ningún tipo de contratiempo de salud”, finaliza.

Medicamentos y sol: una mezcla que puede resultar perjudicial

Medicamentos y sol: una mezcla que puede resultar perjudicial

Que ciertos medicamentos provoquen reacciones si se exponen a la luz del sol es desconocido para muchas personas. Por esto, es clave conocer los efectos de la luz sobre ellos. ¿Se afecta su efectividad? ¿Hay riesgos? Acá te lo explicamos.

Los estudios nos van entregando información acerca de ciertos medicamentos y la forma de consumirlos. Por ejemplo, sabemos que los antiinflamatorios deben tomarse después de las comidas, que hay medicamentos para tratar alergias que pueden provocar sueño, o que si se está ingiriendo algún tratamiento para dormir, éste debe tomarse de 20 a 30 minutos antes de acostarse. Sin embargo, pocos saben que la luz es un factor que puede afectar a ciertos fármacos, ya sea en su composición o generando una eventual reacción adversa si son consumidos.

Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada, señala que es importante conocerlos para poder tomar las precauciones del caso, sobre todo en esta época del año. Por una parte, están los medicamentos fotosensibles, cuya estabilidad puede alterarse al estar expuestos a la luz directa, tanto artificial como natural. “Vale decir, si no se conservan adecuadamente, sus propiedades físico-químicas y farmacológicas pueden verse afectadas, lo que generará la pérdida de eficacia del medicamento o producir compuestos tóxicos para el organismo”, añade.

Este tipo de medicamentos vienen en envases opacos o de color ámbar, para evitar que penetre la luz, por lo que se recomienda que permanezcan en sus envases hasta el momento de la administración. “En este grupo podemos encontrar una variedad amplia de antibióticos y antifúngicos, algunos diuréticos como la furosemida -utilizado para tratar edemas o la retención de líquido en pacientes cardiacos o hipertensos-, ansiolíticos y algunos medicamentos antipsicóticos convencionales”, indica la farmacéutica. Para estos medicamentos, que se alteran si son expuestos a la luz (artificial o natural), es muy importante seguir las recomendaciones del fabricante respecto de su almacenamiento.

Por otro lado, están los medicamentos foto-sensibilizantes, aquellos que al ser consumidos o aplicados pueden provocar una reacción anormal en nuestro organismo tras exponernos a la luz solar o artificial. Si bien su ocurrencia no es demasiado frecuente, puede tener efectos graves en la piel, si la exposición al sol es elevada y la fototoxicidad es alta.

“Estos fármacos producen un efecto de fotosensibilidad en nuestra piel, una reacción desmedida que puede presentarse a través de quemaduras, sarpullidos, picazón, urticaria o ampollas al exponerse a los rayos ultravioleta. Esta reacción puede manifestarse como una fototoxicidad o fotoalergia”, subraya Molina.

La farmacéutica revela que, en el primer caso, se presentan lesiones similares a los de una quemadura por sol (ardor, urticaria y hasta ampollas), apareciendo a los pocos minutos u horas de exposición, en zonas que han sido expuestas directamente. Si esto llegase a pasar, es recomendable consultar con un médico. Por otro lado, las fotoalergias son menos frecuentes y, además, intervienen otros factores como ciertas predisposiciones. A diferencia de las primeras, se presentarían de forma más tardía, no sólo en las partes expuestas directamente a los rayos UV, y como una dermatitis de contacto, eczema o erupción, causando hinchazón y mucho picor.

Los más comunes

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen más de 300 medicamentos foto-sensibilizantes con información disponible y, a pesar de lo que se pudiese pensar, muchos de éstos son fármacos de venta libre y de uso común. Por eso, la especialista hace hincapié en que “el paciente debe informarse o consultar al médico tratante o su farmacéutico sobre las características de los medicamentos que se consumen para tomar las precauciones necesarias”.

Algunos de los más comunes son antiinflamatorios como el ibuprofeno, diclofenaco, ketoprofeno o naproxeno; anticonceptivos orales con presencia de estradiol, levonorgestrel o etinilestradiol; algunos fármacos para manejo de enfermedades cardiovasculares como el losartán o enalapril, antihistamínicos como la loratadina, clorfenamina o difenhidramina; ansiolíticos como el diazepam; antidepresivos como la sertralina y una seria de antibióticos como ciprofloxacino, azitromicina o norfloxacino. Por esto, es importante que si se está en tratamiento con estos fármacos consulte a su médico tratante antes de exponerse a la luz solar y se evite la automedicación”, advierte Molina.

Pese a que no todas las personas que siguen un tratamiento con estos medicamentos sufrirán reacciones de fotosensibilidad, es importante tomar precauciones y seguir simples consejos. “Por ejemplo, si la ingesta recomendada del medicamento es una vez al día, lo mejor es hacerlo durante la noche, para que la concentración del principio activo en la piel sea menor durante las horas de luz y exposición”, añade la facultativa. Asimismo, es fundamental el uso y buena aplicación de un protector solar (siempre de 30 FPS o más), evitar exponerse al sol en las horas donde los rayos caen de forma directa, y utilizar ropa y accesorios que ayuden a protegerse”, complementa.

Por último, la farmacéutica advierte que -a pesar de esto- nunca se debe suspender una terapia farmacológica y que, si se observa algún tipo de lesión en la piel, se debe consultar inmediatamente a un médico para confirmar o descartar que ésta se asocie a una reacción por efecto de algún medicamento.